Miércoles de Ceniza, marca dentro del calendario de la Iglesia Católica el inicio de un tiempo muy especial: CUARESMA, la palabra cuaresma hace referencia a los cuarenta días en los cuales Jesús, motivado por el Espíritu Santo se retiró al desierto para orar, es precisamente aquí que los evangelistas nos indican que Jesús el Rey de Reyes y Señor de Señores, es tentado en tres ocaciones por el demonio.
Para nosotros los pobladores del siglo XXI, ¿Cómo es que nos preparamos para esta celebración?
El día de ayer asistí con los niños de la Aldea Infantil a la tóma de ceniza, el simbolo físico que nos hace recordar que polvo somos y en polvo nos convertiremos, nos recuerda que de nada sirve el aferrarse a las cosas terrenales, ya que de la tierra venimos y a ella volveremos y no podremos llevarnos nada. Es por esto que la Iglesia nos brinda este tiempo preparatorio para que ordenemos nuestro interior, y es la propia palabra de Dios la que nos invita a través de la Iglesia a que busquemos siempre las cosas de arriba, los tesoros del cielo.
Un año más en el que tenemos la oportunidad de ordenar nuestra vida, confesar nuestras culpas, sentir dolor por nuestros pecados, acercarnos al Sacramento de la Reconciliación y de ésta manera recuperar el ESTADO DE GRACIA, el cual nos ofrece la comunión con nuestro Dios.
Momento de reflexión, de entrega y cambios.
Esperamos que estos cuarenta días de preparación a la Semana Mayor, cumpla su cometido en nuestras vidas: Encontrar el rostro de Jesús.
Himno de las Visperas:
No me pesa, Señor, haber faltado
por el eterno mal que he merecido,
ni me pesa tampoco haber perdido
el cielo como pena a mi pecado.
Pésame haber tus voces despreciado
y tus justos mandatos infringido,
porque con mis errores he ofendido
tu corazón, Señor, por mí llagado.
Llorar quiero mis culpas humillado,
y buscar a mis males dulce olvido
en la herida de amor de tu costado.
Quiero tu amor pagar, agradecido,
amándote cual siempre me has amado
y viviendo contigo arrepentido. Amén.